jueves, 31 de diciembre de 2015

ECOMUSEO DEL CARONÍ.

ECOMUSEO DEL CARONÍ.
Una pequeña denuncia.

Antes del 2003 solía ser un frecuente visitante de los jardines del Ecomuseo del Caroní para disfrutar de un espacio agradable y compartir en familia. Solíamos ir casi todos los fines de semana para volar algunos papagayos o cometas de construcción casera. Realmente era agradable estar en esos jardines acariciados por una constante brisa y disfrutar del lugar, contemplar los centenares de papagayos de los demás visitantes y en más de una ocasión fuimos testigo de algún que otro concurso de cometas.

Muchas veces aprovechamos la estadía en los jardines de la represa para entrar al Ecomuseo y disfrutar de su fantástica arquitectura interna, de sus pequeñas exposiciones en sus múltiples salas, tomarnos algún cafecito en el cafetín y visitar la sala de máquinas en donde se podía ver que los generadores estaban operando estando normalmente uno o dos en mantenimiento. Internamente el Ecomuseo estaba impecable en cuanto a limpieza, iluminación y atención por parte de los encargados del mismo.

A partir de ese año 2003 el extraordinario ambiente se fue deteriorando de manera consistente justo con la toma de posesión de las nuevas directivas de la revolución. Poco a poco los jardines fueron perdiendo su esplendor, sus cuidadas zonas verdes fueron paulatinamente secándose por la falta de riego, la vigilancia se fue esfumando y muchos “nuevos” visitantes simplemente generaban desconfianza y angustia pues en sus miradas ya se podía percibir alguna mala intención como quedaría demostrado poco tiempo después.

La represa con sus fantásticos jardines y Ecomuseo fueron perdiendo su encanto a tal punto que dejé de ser un visitante. Había perdido un espacio más de esparcimiento gracias a una mal llevada y llamada revolución que después de 17 años de arduo y sistemático trabajo han llevado al país a la ruina total en todos los aspectos incluyendo el mayor de los daños posibles, la incisión y la implantación de antivalores morales y sociales en el gentilicio de venezolano.

En febrero del 2015 aprovechando la visita de unos familiares fuimos de paseo al Ecomuseo después de varios años sin acercarnos al lugar con la intención de impresionarlos frente tan esplendida obra de la ingeniería y arquitectura orgullo de Cuidad Guayana.

El desencanto fue horrible y el impacto desagradable desde el estacionamiento para los vehículos de los visitantes hasta el Ecomuseo dejaba en claro la incompetencia e incapacidad de la nueva administración. Los jardines totalmente marchitos y en abandono. Al llegar a la plaza los visitantes somos recibidos por una pequeña placa fuera de lugar incrustada en una roca que anuncia el cambio de nombre que sufrió la Represa, monumento que deja entre prever lo que a continuación se vería.

El decepción de la vista solo me permitió tomar 30 fotos que solo muestran una pequeñísima parte del abandono por la desidia de los encargados del lugar. Hasta lo insólito lo puede observar en el museo justo al lado de los grandes generadores, el baño de caballeros ¡SIN LUZ!.

De los 12 generadores, 2/3 estaban operativos y la exposiciones del museo realmente deprimente, una serie de muñecos mal elaborados llenaban uno de los salones en donde destacaban “el che”, Fidel y otras sabandijas supuestos héroes y líderes de los revolucionarios nacionales.

Las pocas imágenes son muestra irrefutable de que la denuncia no es parte de un acto de desestabilizador sino el grito agónico de alguien que quiere a Venezuela.


Iluminación en una de las escaleras.



Gamelote en los jardines.



Falta de riego y mantenimiento.


La muy descuidada fachada. Se puede observar las partes blancas producto del desprendimiento de los azulejos y las desvalijadas luminarias a la entrada de Ecomuseo.



Vitrinas de exposición, desidia revolucionaria……


La hermosa placa original de BRONCE con el nombre de la represa fue cambiada por esta ordinaria, improvisada y ridícula plancha de acrílico que deja al descubierto la calidad mental de los encargados de las instalaciones. Lo cómico o la tragedia de esta placa es que para el año 2.013 todavía estaba la original demostrando que durante casi 14 años los nuevos encargados jamás se pasearon por los jardines de la represa, desconociendo que la placa conmemorativa existía a un lado de la plaza. Para la fecha ya tenían muchos años conviviendo la nueva placa conmemorativa con el cambio de nombre y la placa original a unos 100 metros de distancia. Esta historia es elocuente si misma.


Aspecto de la placa original en el 2.013.

Esta última foto junto con la de la luminaria desvalijada las tomé del excelente artículo gráfico de denuncia sobre el abandono de tan hermoso lugar de Carlos Jesús Gómez cuyo enlace coloco a continuación. Carlos Jesús logró sobrevivir a la desesperanza y pudo tomar más fotografías pues mi estado de ánimo estaba al nivel del Ecomuseo………


Lamentablemente lo único que se puede palpar es la inoperancia de los oportunistas de turno que no tienen ningún tipo de conocimiento ni el más mínimo interés en lo social y en lo humano salvo el lucro particular.

Sin embargo así lo ven y descaradamente lo publican ellos en los medios impresos locales del Estado Bolívar:

El piso de la entrada principal que reluce como nuevo. Afuera, la grama está cortada perfectamente, la basura en sus bolsas, las fuentes de agua destellan con la luz del sol.
En una de las pizarras acrílicas del área administrativa del Ecomuseo, entre cargos y objetivos está remarcada una frase, “Visión: Mejor Museo Latinoamericano”.


No hay peor ciego que el que no quiere ver.